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Omraam Mikhaël Aïvanhov

Pensamiento del lunes 13 de marzo de 2017.

"Cada uno debe hacer todo lo posible para conservar los lazos que le une a todos los miembros de su familia. Pero la familia no es un objetivo, un fin en sí misma; no es más que un punto de partida, una base destinada a asegurar a la sociedad una forma de estabilidad. Aquellos que se concentran en su familia, y sólo trabajan para ella, olvidando a los demás o incluso combatiéndoles para mejor proteger a sus padres o a sus hijos, no se dan cuenta de que están creando las condiciones para la incomprensión y la hostilidad, y esto acaba por parecerse a una lucha de clanes, de tribus.
Pero lo peor, es que con ese estado de ánimo, tampoco contribuyen a la felicidad de su propia familia. Mirad la prueba: en la actualidad, cada vez hay más familias que se rompen. Después de cierto tiempo, los padres se separan para entablar otros vínculos con otros, y los hijos se encuentran con un padre de un lado, una madre del otro, y hermanastros, hermanastras… ¿Dónde está pues la estabilidad que debe aportar la familia? ¿Y ésta es verdaderamente, la felicidad de la familia?..."