¿Por qué les gustan tanto los cuentos a los niños? ¿Y por qué también la mayoría de los adultos se refugian, en cuanto pueden, en unos universos extraños, de lo fantástico e irracional? Porque se trata de una necesidad innata del ser humano: Dios lo ha creado para vivir en los dos mundos, objetivo y subjetivo, visible e invisible, material y espiritual. Posee pues las capacidades para entrar en relación con estos dos mundos y tiene necesidad de los dos. Pero no debe confundirlos: la realidad que percibe gracias a sus órganos de los sentidos físicos (tacto, gusto, olfato, oído y vista) no es la que percibe con sus órganos de los sentidos espirituales: el aura, el plexo solar, el centro Hara y los chacras. Se trata de dos mundos diferentes cuyo conocimiento necesita de «instrumentos» diferentes que deben aprender a utilizar."